Buscando La Realidad - (Diario p2)

Llevo varios días analizando y pensando sobre la experiencia con Ayahuasca. Mas que sobre la experiencia con ayahuasca, reflexiono mucho sobre una sensación que he sentido en muchas experiencias con drogas y sobre todo en el consumo de ayahuasca . En esta ocasión fue de una intensidad suprema. Esta sensación es la conocida como unión con todo, fusión con todo el universo, sentirse en armonía y conjunción con cada átomo del mundo.

A lo largo de los años esa idea la he ido encontrando en infinidad de creencias, teorías, poemas y discursos tanto filosóficos como espirituales o religiosos. Creo que es una de los sentimientos mas importantes que puede llegar a sentir el ser humano, para muchos es la unión con dios, para otros es la sintonización con el universo como ser vivo eterno del que formamos parte. Sea como sea, me parece fascinante la potencia y la magnificencia de la sensación, es de tal potencia que alguna vez he sentido ganas de echarme a llorar de la plenitud emocional que sentí. Con todo esto, llevo estos días pensando en qué puede significar esa sensación realmente. De sobra se, desde hace tiempo que observar el orden del universo, el orden de manifestaciones
y actos que ocurren en las vidas, en el mundo, ver esa armonización, incluso la sincronización de eventos, movimientos, circunstancias, actos, etc, es algo que nos resulta a las personas bello, y a su vez fascinante, por observar la melodía del universo, cuando se hace evidente su ritmo y como se entrelazan las diferentes emanaciones energéticas como melodías generando actos, sentimientos, ... todo en una gran sinfonía armónica. Creo que esta sensación esta ligada y tiene mucho que ver con la otra sensación de sentirse parte y dentro de esta sinfonía, sintiéndose una nota, una vibración al fin y al cabo dentro de este mar de vibraciones percibidas.

Se me antoja que la felicidad o esa sensación de plenitud y el sentirse liviano puede ser cuando la conciencia comprende y se sincroniza perfectamente y a su vez se hace consciente de el orden caótico y armónico al que pertenece y sale de la concentración mental constante en cosas físicas, en materia dura. Es como sacarse todo el peso de la materia del mundo para volar liviano como una hoja flotando en las ondas del aire.