Hoy ha ocurrido algo que me ha resultado extraño, pero no es el propio acto lo que me deja preocupado sino la sensación de extrañeza que me ha quedado dentro. Estábamos llegando a la estación de autobuses para ir hasta el pueblo donde nos alojaríamos. Caminábamos Pedro Ramirez, Carlos Sanchez y yo por la calle, no había coche y unos niños estaban sentados en la acera jugando. Cuando pasamos por su lado una niña se levanto, corrió un poco detrás de nosotros, me dio una palmada en la parte baja de la espalda, me voltee y la vi, antes de que pudiera decir nada, me señalo y me espetó: "tu que crees que vas a lograr, solo eres un pescuezo". Me quede estupefacto unos segundos, así que Carlos le pregunto a la niña que es lo que estaba diciendo. La niña se mantuvo unos segundos mirándome fijamente para luego salir corriendo, los demás niños la siguieron y desaparecieron por una esquina. Es increíble el mal cuerpo que me quedo tras esa escena, y no entiendo por que ya que no tenia mas sentido o relevancia que una niña fantaseando o jugando conmigo.
He vivido miles de ocasiones la sincronicidad del mundo, tantas veces me ocurrió estar pensando en algo y alguien comentar acerca de ello sin venir a cuento, o que ocurra algo que tengo en mente. De esto, soy participe de la idea de que es nuestra mente la que proyecta y reorganiza la realidad conforme a sus pensamientos, pero lo de la niña no conseguí comprenderlo, durante todo el vieja me sentí inquieto e incomodo, y en mi cabeza se repetía la escena una y otra vez.
Me preocupa que esa situación me haya influenciado tan fuerte en vistas a la experiencia de mañana con Yagé. Si mi cabeza se obsesiona con esa escena puede generarme una mala experiencia y puede llevarme a sufrir entre otras cosas un miedo atroz igual que cuando tome San Pedro por primera vez. Intentaré por todos los medios, sacarme de la cabeza la impresión de la escena y relajarme todo lo que pueda durante la ceremonia.
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